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#126. Un caso argentino: de la desconfianza a la transformación con inteligencia artificial

⚠️ Aviso para los apurados: este no es un post corto. Es una historia más larga de lo habitual. Si buscas tips rápidos, probablemente quieras dejarla pasar. Pero si decidís quedarte, vas a encontrar un caso real de liderazgo PyME frente a la adopción de inteligencia artificial, contado en primera persona y con aprendizajes que difícilmente se consiguen en un post de 3 párrafos.
La siguiente historia la comparto con el permiso del empresario en cuestión. Cambié los nombres y algunos detalles, pero quiero que sepas un dato clave: esto pasó en Argentina.
El despertar digital de una empresa familiar
Carlos revisó las cifras por tercera vez esa mañana.
Los números no mentían: después de quince años liderando exitosamente su empresa familiar de muebles artesanales, las ventas habían caído un 18% en los últimos doce meses, luego de dejar de echarle la culpa a “la gente“, al poder de compra o al político de turno se dio cuenta...
No era el único en su gremio enfrentando esta realidad.
Un competidor internacional acababa de instalarse en un país vecino, prometiendo entregas en 48 horas y muebles personalizados a precios que parecían imposibles.
"¿Cómo lo hacen?", se preguntaba mientras observaba su taller, donde cada pieza seguía fabricándose con la misma pasión artesanal de siempre.
La respuesta llegó cuando su hija Lucía, recién incorporada al negocio tras graduarse en administración, le mostró el sitio web del competidor: algoritmos de diseño automático, sistemas de predicción de demanda, chatbots atendiendo clientes las 24 horas.
La inteligencia artificial ya no era ciencia ficción. Estaba en su puerta, tocando con insistencia.
La encrucijada del líder moderno: ¿tecnología o esencia humana?
Durante semanas, Carlos vivió dividido entre dos mundos.
Por un lado, sentía la presión implacable del mercado globalizado, donde incluso las pequeñas empresas compiten contra gigantes tecnológicos.
Por otro, temía traicionar la esencia que había construido durante años: el trato personal, la intuición desarrollada en miles de interacciones con clientes, el conocimiento profundo del oficio.
"¿Me convertiré en una empresa más?" se cuestionaba en las noches de insomnio.
La tensión era real y universal.
Un estudio reciente de McKinsey revela que las tres mayores barreras para adoptar IA en PyMEs son precisamente las que Carlos enfrentaba:
demostrar el retorno de inversión, obtener compromiso directivo, y elegir la tecnología correcta.
Descubrir que no estaba solo en sus dudas le dio el primer impulso para actuar.
La decisión estratégica: un piloto controlado
Con nueva claridad, Carlos tomó una decisión que cambiaría el rumbo de su empresa: implementaría IA de forma gradual y medible.
En lugar de una transformación total, eligió un problema específico y recurrente: la planificación del stock.
Cada temporada, decidir cuántos muebles producir era una mezcla imperfecta de experiencia, intuición y cruces de dedos.
Los aciertos se mezclaban con costosos errores: excesos de mesas rústicas almacenadas y escasez de sillas modernas que los clientes demandaban.
"¿Qué tal si probamos predecir con tecnología?" propuso con miedo en la reunión de equipo.
Las reacciones fueron reveladoras. Miguel, el veterano jefe de producción, frunció el ceño:
"¿Una computadora me va a decir qué fabricar después de 20 años de experiencia?"
Ana, la encargada de ventas, preguntó con preocupación:
"¿Esto reemplazará mi conocimiento de los clientes?"
La respuesta de Carlos marcó el tono de todo el proceso:
"La IA será nuestra nueva herramienta, no nuestro reemplazo. Nadie pierde su trabajo; todos ganamos una nueva forma de trabajar."
Esa fue su primera lección de liderazgo en la era digital: comunicar visión sin generar temor, inspirar cambio protegiendo a las personas.
Elegir la herramienta correcta resultó más complejo de lo esperado.
El mercado ofrecía desde soluciones básicas hasta sistemas empresariales costosos, consultores prometiendo resultados milagrosos y plataformas que requerían equipos técnicos especializados.
Después de tres meses de investigación y demos, optaron por un software diseñado específicamente para manufactureras PyME, conocido por su curva de aprendizaje amigable y soporte en español.
El plan fue claro: implementación gradual en tres productos estrella, monitoreo constante de resultados, y retroalimentación continua del equipo.
Los primeros pasos: cuando la IA desafía la experiencia
El algoritmo analizó meticulosamente dos años de datos: ventas por temporada, tendencias económicas, patrones de comportamiento del cliente.
Tres semanas después, generó sus primeras recomendaciones.
El resultado fue impactante: sugería reducir 60% la producción de su mueble clásico más vendido e incrementar 150% un modelo minimalista de introducción reciente.
"Esto está mal", reaccionó Miguel inmediatamente. "Ese clásico es nuestro pan de cada día."
Carlos también dudaba. Ese diseño había sostenido la empresa durante una década.
¿Cómo confiar en un algoritmo sobre años de experiencia probada?
Decidieron un enfoque híbrido: redujeron el clásico 30% (no 60%) e incrementaron el minimalista 75% (no 150%). Era un compromiso entre datos e intuición.
Los resultados de esa temporada fueron reveladores.
El mueble clásico efectivamente tuvo menor demanda, dejándolos con menos excedente.
El modelo minimalista se agotó rápidamente, sugiriendo que podrían haber vendido más siguiendo completamente la recomendación de la IA.
Primera lección aprendida:
Los datos pueden revelar patrones que la experiencia no detecta a tiempo.
Sin embargo, la IA también falló. No predijo el éxito súbito de un modelo rústico que se volvió viral tras aparecer en una revista de decoración.
Esa vez, la intuición comercial del equipo fue superior.
Segunda lección aprendida:
La colaboración entre inteligencia artificial y humana es más poderosa que cualquiera por separado.
Gestión del cambio: el verdadero desafío del liderazgo
Implementar IA resultó ser 20% tecnología y 80% gestión humana.
Hubo días de frustración: empleados resistentes al cambio, errores de configuración, datos incompletos que generaban resultados absurdos.
Carlos adoptó un enfoque de liderazgo transformacional:
Cultura de experimentación: "Si nos equivocamos, aprendemos y ajustamos rápido"
Inversión en capacitación: Contrató un consultor para entrenar al equipo
Liderazgo por ejemplo: Él mismo tomó un curso online sobre IA para PyMEs
Comunicación transparente: Reuniones semanales para compartir avances y dudas
"Nunca pense ver a Carlos aprendiendo conmigo, me motivó mucho", me confesó Ana meses después.
La clave fue crear un ambiente seguro para fallar, experimentar y crecer juntos.
Resultados que hablan por sí solos
8 meses después de abrir la puerta a la IA, los números contaban una historia de éxito:
20% reducción en inventario excedente
35% mejora en precisión de entregas
15% aumento en satisfacción del cliente
25% incremento en productividad del equipo
Pero las métricas no capturaban el cambio más importante: la IA había liberado tiempo y energía para que el equipo se enfocara en lo verdaderamente humano.
Mientras el algoritmo procesaba datos y patrones, las personas se dedicaban a:
Diseñar modelos más creativos e innovadores
Fortalecer relaciones con proveedores locales
Brindar atención personalizada a clientes VIP
Desarrollar nuevas líneas de productos artesanales
La tecnología no deshumanizó el negocio; lo humanizó más.
La evolución del liderazgo en la era digital
Carlos reflexionaba sobre cómo había cambiado su estilo de liderazgo. Antes centralizaba las decisiones importantes; ahora distribuía responsabilidades basadas en datos y criterio colectivo.
Su nuevo rol como líder digital incluía:
Visionario: Definir el rumbo estratégico de la transformación
Facilitador: Eliminar obstáculos para que el equipo experimente
Guardián ético: Asegurar que las decisiones automatizadas respeten valores humanos
Coach: Desarrollar capacidades digitales en su gente
Integrador: Equilibrar eficiencia tecnológica con toque humano
"La IA trajo eficiencia, pero el liderazgo humano sigue siendo el timón que dirige el barco", reflexionaba.
Celebrando el éxito y mirando al futuro
Una tarde, tras revisar las cifras trimestrales, Carlos reunió al equipo para celebrar.
"Aprendimos que la tecnología sin personas no es nada, y las personas con tecnología son un equipo imparable", dijo sonriente.
Su historia se había convertido en inspiración para otros, demostrando que la transformación es posible, rentable y humana.
Manual de supervivencia: lecciones para líderes PyME
De la experiencia de Carlos emergen principios prácticos para cualquier líder considerando IA:
1. Comenzar con casos de uso específicos
Identifica un problema concreto y medible
Ejecuta un piloto controlado antes de escalar
Demuestra valor con resultados tangibles
2. Liderar el cambio desde arriba
Sé el primero en adoptar la mentalidad digital
Invierte en tu propia educación tecnológica
Comunica visión clara y beneficios concretos
3. Construir cultura de experimentación
Fomenta el "fallar rápido para aprender rápido"
Celebra intentos valientes, no solo éxitos
Elimina el miedo al error como barrera de innovación
4. Invertir en tu gente
Capacita antes de implementar
Involucra al equipo en decisiones tecnológicas
Convierte empleados en embajadores del cambio
5. Mantener la esencia humana
Usa IA para tareas repetitivas y predictivas
Libera tiempo para creatividad y relaciones
Refuerza valores humanos en un entorno digital
El futuro ya está aquí
La historia de Carlos no es única; es el reflejo de miles de PyMEs enfrentando la misma encrucijada.
La pregunta ya no es si adoptar IA, sino cómo hacerlo manteniendo la esencia humana que hace únicas a las empresas familiares.
La transformación digital no significa elegir entre eficiencia o humanidad.
Significa encontrar el equilibrio perfecto donde la tecnología potencia lo mejor de las personas, y las personas dirigen lo mejor de la tecnología.
¿Tu PyME está lista para dar el salto?
¿Has enfrentado decisiones similares en tu empresa? ¿Qué miedos o expectativas tienes sobre la IA? Comparte tu experiencia en los comentarios y construyamos juntos el futuro de las PyMEs digitales.
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