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Placer vs. Felicidad: El equilibrio esencial para empresarios que buscan una vida plena

Escuché una entrevista entre Estanislao Bachrach y Migue Granados hablando sobre el cerebro, la conversación se enriqueció, y me hizo mucho sentido la distinción entre placer y felicidad, que hoy les comparto con una visión para ustedes, “personas que hacen y pasan a la acción“.
Las presiones del crecimiento, los objetivos financieros y la gestión del equipo son el pan de cada día, es fácil caer en la trampa de buscar satisfacciones inmediatas: cerrar un trato, alcanzar una meta trimestral, o simplemente tener ese breve respiro entre reuniones.
Sin embargo, existe una diferencia crucial entre el placer momentáneo y la felicidad sostenible, y entenderla puede marcar la diferencia no solo en tu vida profesional, sino también en tu bienestar personal.
1. El placer: Una recompensa inmediata con fecha de caducidad
El placer, impulsado por la dopamina, nos da pequeñas explosiones de satisfacción.
En el entorno de los negocios, esto puede significar ganar un nuevo cliente, superar un objetivo de ventas o recibir reconocimiento por un logro. Estos momentos son satisfactorios, sí, pero tienen un inconveniente: son efímeros. Cuanto más los buscamos, más nos arriesgamos a vivir una carrera interminable por la próxima “explosión” de éxito, sin disfrutar realmente del camino.
El problema es que, si solo nos enfocamos en los logros a corto plazo, entramos en un ciclo de constante insatisfacción. Es como subir a una montaña rusa de altibajos emocionales: cada éxito nos lleva hacia arriba, pero rápidamente volvemos a caer en la necesidad de más.
2. La felicidad: Una estrategia a largo plazo
Por otro lado, la felicidad es mucho más profunda y duradera. No depende de los resultados inmediatos ni de las gratificaciones rápidas, sino de crear una vida con sentido y equilibrio.
Como empresari@, la felicidad no viene solo de los éxitos laborales, sino de sentir que lo que estás construyendo tiene un propósito más allá de la ganancia inmediata.
La felicidad se relaciona más con la serotonina, una sustancia que se libera cuando experimentamos momentos de conexión auténtica, satisfacción interna y equilibrio.
Para un emprendedor, esto puede significar tener un negocio que no solo crezca en números, sino que tenga un impacto positivo en la vida de otros. También implica tener el tiempo y la energía para disfrutar de tu familia, tus amigos y tus propios intereses.
3. Aplicando el equilibrio a tu vida como empresari@
Entonces, ¿cómo se traduce esto en tu día a día como líder de una pyme o fundador de una startup? Aquí te dejo algunos pasos concretos que puedes aplicar para dejar de perseguir exclusivamente el placer y comenzar a construir una felicidad más sólida:
a) Prioriza la calidad sobre la cantidad en tus logros. En lugar de fijarte solo en metas de corto plazo, piensa en el legado que quieres dejar.
Pregúntate: ¿Cómo lo que hago hoy impacta de manera positiva en mi empresa, en mi equipo y en mi vida personal a largo plazo?
b) Redefine el éxito. El éxito no es solo la acumulación de logros materiales o financieros. Haz espacio para que tus decisiones también se basen en generar bienestar para ti y para quienes te rodean. Un negocio exitoso no es aquel que solo crece en ventas, sino el que permite a su dueño vivir una vida equilibrada.
c) Crea sistemas, no solo metas. En lugar de enfocarte únicamente en el próximo hito, crea sistemas que te permitan avanzar de forma constante y sostenible.
Esto incluye delegar tareas, automatizar procesos y priorizar el tiempo de calidad para ti mismo. ¿Qué tanto puedes delegar hoy para liberar espacio mental y enfocarte en lo realmente importante?
d) Cultiva relaciones significativas. Las relaciones en el entorno de negocios son cruciales, pero también lo son las relaciones personales. Como empresario, es fácil descuidar a tu familia, amigos o incluso a ti mismo por el trabajo.
El bienestar verdadero proviene de encontrar un balance entre lo profesional y lo personal, frase de sobre de azúcar sin embargo, no vale decir ya lo se, vale hacer que tenga sentido, anda a llamar ese amigo o a pasear con tus hijos y equilibra esa reunión sin sentido que tuviste por la mañana.
Programa esos tiempos para compartir con quienes te importan, porque esa es la verdadera fuente de felicidad.
4. Reflexión: El empresario adicto al placer jamás será feliz
Si solo persigues el éxito financiero o los logros rápidos, siempre te sentirás incompleto. Es un hecho: la dopamina, el químico del cerebro que genera placer, se agota rápidamente. La constante búsqueda de ese “subidón” te deja vacío.
En cambio, la serotonina, vinculada a la felicidad, se alimenta de experiencias que construyen algo más grande y duradero.
La realidad es que cuanto más te enfoques solo en el placer inmediato (como ganar más dinero, alcanzar el próximo gran acuerdo o simplemente apagar incendios), más difícil será sentir satisfacción real y profunda.
Es hora de que, como empresario, te detengas y pienses:
¿Estoy construyendo una vida de la que me sienta realmente orgulloso? ¿O solo estoy corriendo detrás de pequeñas gratificaciones que nunca son suficientes?
5. Acción concreta: Reflexiona sobre tu equilibrio
Hoy te invito a que dediques 10 minutos a responder estas preguntas en privado:
¿Qué te trae más placer en tu trabajo? ¿Qué te da verdadera felicidad?
¿Cuánto tiempo dedicas a buscar logros rápidos frente a la construcción de una vida con propósito?
¿En qué áreas puedes aplicar más equilibrio en tu vida, tanto personal como profesional?
La felicidad, en su forma más pura, surge de un propósito claro y de decisiones que honran ese propósito a largo plazo. Empieza hoy a replantearte tus prioridades. A medida que lo hagas, descubrirás que no solo serás un mejor empresario, sino también una persona más feliz y plena.
Recuerda: un negocio exitoso no es aquel que te consume, sino aquel que te permite vivir una vida equilibrada. ¿Estás listo para dar ese paso?
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